Sokheurm Man fue herido por una mina cuando se dirigía al colegio con su mejor amigo, que murió en la explosión. Un principio de gangrena obligó a los cirujanos a amputarle la pierna derecha trece días después en una operación. Su padre le estuvo acompañando durante todo momento, como se puede observar en la primera foto. El joven participó como activista en la campaña internacional para la erradicación de las minas durante sus años adolescentes y viajó a menudo al extranjero para asistir a seminarios con víctimas de otros países mientras estudiaba en la escuela secundaria. También trabajó en el Servicio Jesuita para los Refugiados durante varios años y se encargó de documentar casos de nuevas víctimas de minas antipersona en la provincia donde vivía. Diez años después de su accidente, nació su primer hijo fruto de su relación con Nin Lin, con la que se había casado un año antes. El bebé recibió un curioso nombre en español: Enero.
He escogido esta imagen porque se puede observar un ejemplo de injusticia y superación en la vida. La guerra es una injusticia ya que pagan por ello personas inocentes. Y aunque digan que la guerra ha acabado, es mentira ya que todavía muchas personas sufren las consecuencias, un ejemplo es lo que le pasó a Sokheurm que cuando trataba que la guerra había acabado le explotó una mina mientras iba al colegio.
Sokheurm a pesar de sufrir un grave accidente por la guerra es un gran ejemplo ya que siguió adelante con su vida, fue a la Universidad, se casó y tuvo un hijo con Nin, que la conocía desde la infancia. Esta historia acaba bien, en cambio, hay personas que no superan las consecuencias, como el mejor amigo de Sokheurm que murió en la explosión de la mina, o personas que nunca llegan a superar las consecuencias.
Nosotros vivimos en un sitio que no hay guerra y la vida es mas fácil, pero en cambio nos quejamos de todo y creemos que somos el centro de atención y que tenemos muchos problemas, cuando no conocemos la situación de otros países como en Sarajevo en los que hay problemas graves de verdad.
-Ainara Jiménez
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